
Siguen cayendo las bombas en Gaza y Palestina.
Pero ya no hacen ruido.
Ya no levantan fumarolas de muerte ni abrasan los ojos sus malditos destellos, pero sobre Gaza y Palestina siguen cayendo las bombas del despojo, las bombas del asedio, las bombas del olvido, ante la atenta mirada de los ciegos.
“Gaza recupera la calma”, dicen los medios de comunicación, “vuelve la normalidad a Palestina”.
Los ciegos aprovechan la tregua para mejor no ver para otro lado.
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